Extremadura ha logrado esquivar los problemas de suministro que se dan este verano en otros puntos del país. Su gran producción energética y su discreta demanda, aunque haya crecido un 8% en el último año, le han valido para sortear estos problemas que han generado ya las primeras voces de alarma. El crecimiento de la demanda provocado por la ola de calor ha puesto de manifiesto las deficiencias del sistema eléctrico, especialmente en Andalucía, Cataluña, Baleares y Canarias. Aunque sean zonas castigadas este verano por las altas temperaturas, no parece que los sistemas de refrigeración sean la excusa tras la que puedan parapetarse los responsables de la baja calidad de la red, que es donde radica el problema. Los expertos coinciden en que no se trata de la producción energética, que está resuelta, sino de los canales de distribución. En Extremadura, por su parte, el principal problema sigue siendo la gran vulnerabilidad de la red a los efectos medioambientales, algo que se trata de evitar con nuevas inversiones.

Para evitar las deficiencias, los organismos reguladores del mercado deben conseguir que se garantice el servicio. Si pasa por incrementar las inversiones, que se busquen fórmulas.