Cuando el Gobierno argumenta que el IVA de nuestro país está entre los más bajos de la UE --que es cierto-- se olvida, ¿intencionadamente?, de que también nuestros salarios están entre los más bajos de la citada UE y, por tanto, una cosa compensa la otra. Incluso me atrevería a asegurar que dicha relación (salario-IVA) es de las más descompensadas, al menos, para el 75% de los trabajadores que, sabido es, son mileuristas. Así, si nuestro poder adquisitivo está entre los más bajos, nuestros impuestos no pueden estar entre los más altos, porque algo falla, no hay duda.

La subida del IVA prevista para junio se me antoja más una reducción salarial encubierta que una solución para el problema de recaudación que tiene el Estado. Y no es cierto que como señala Aguirre y otros políticos, se vaya a resentir la empresa, ya que ésta utilizará --como lo hizo con el euro-- el redondeo y, obviamente, saldrá beneficiada; o sea, sin que se note, habrán conseguido que pagando el mismo salario aumente el beneficio. En teoría, y bien mirado, es una maniobra clara para lograr esa reducción salarial que tanto pide la CEOE.

Lo que sí se resentirá será el consumo y, por ende, la creación de empleo. Pero, el Gobierno habrá matado dos pájaros de un tiro: Pues, evidentemente, el Estado será un poco más rico (sin solucionar el problema del déficit, seguro) y podrá seguir manteniendo esas cantidades ingentes de políticos y sindicalistas, aunque ello suponga un poquito de asfixia más para las clases menos pudientes; y a la par, proporcionará a la patronal la herramienta necesaria para que, sin trauma, consiga su objetivo de ganar más pagando lo mismo.

Angel Morillo Triviño **

Castuera