A mediados de los ochenta, algunos cínicos que poseían más expectativas de medro personal que limpieza ideológica acuñaron la frase "contra Franco vivíamos mejor". Me he acordado de ella, porque ante el panorama cuyas deducciones van del caos a la catástrofe, podríamos decir que "contra el comunismo vivíamos mejor". Al menos, había una tentación maniquea de buenos y malos, bastante comprensible, y el capitalismo iba viento en popa, tan en viento en popa que los ciudadanos que vivían en el paraíso comunista debían de ser estrechamente vigilados porque, en cuanto tenían ocasión, se escapaban al insolidario y terrible infierno capitalista, donde la renta per cápita estaba al nivel de la libertad de la que se disfrutaba.

En realidad, el teléfono móvil con el que nos comunicamos, es un hijo más o menos espurio de aquella guerra fría, y lo mismo podríamos decir del navegador GPS, juguete primero en manos militares y, ahora, ya en las civiles.

Dicen que en esa reunión que capitanea sin ningún mérito Bush y a la que todavía no sabemos si España va a ser invitada, se pretende teorizar sobre una refundación del capitalismo. Inmenso error. Creo que lo que hace falta es una refundación del comunismo. Lo siento por los países a los que les toque vivir bajo la nueva dictadura del proletariado, pero como en la película de Cuerda Amanece, que no es poco alguien tendrá que hacer de paraíso comunista, y, si no hay voluntarios, por sorteo, o encargárselo directamente a Chávez , que estaría encantado.

Estoy convencido que, una vez refundado el comunismo, el capitalismo, en muy poco tiempo, se pondría a lo suyo, a demostrar que la libre competencia no tiene comparación con el aburrido y siempre fracasado plan quinquenal.

Parece una boutade . Y lo es. Pero en toda boutade hay un poso racional.