Ayer fue el Día Internacional de la Mujer y lo celebré trabajando. Porque tengo la suerte de no formar parte del 30% de mujeres que se encuentran en situación de desempleo en Extremadura. Porque encontrarse a una mujer «parada» en Extremadura es muy fácil, ya que somos la comunidad autónoma líder en paro femenino. Somos, además, la región con el porcentaje más alto de mujeres que, aun trabajando, se encuentran en riesgo de exclusión social: un 40% de la población femenina.

Este es el panorama de quien dijo que iba a arreglar las cuentas sin destrozar la vida de las personas. Señor Fernández Vara, liderar el desempleo femenino en una situación de crecimiento económico es destrozar la vida de las mujeres. Reducir un 50% las ayudas a mujeres víctimas de violencia de género es destrozar la vida de las mujeres.

El presidente de la Junta debería dejarse ya de buenas palabras y poner en marcha políticas que incentiven la creación de empleo, especialmente del empleo femenino y del empleo juvenil. Si seguimos en esta senda, en poco tiempo no será necesario convocar un paro femenino en Extremadura, porque todas las mujeres estarán en huelga obligada y permanente.

Respeto, como derecho constitucional, el derecho a la huelga. Es más, cualquier reivindicación pacífica que se haga en pro de luchar por la igualdad en cualquier esfera, cuenta con todo mi apoyo. Y espero que se respete de igual forma mi derecho a trabajar, como hice en este 8 de marzo. Porque esto va también de respetarnos unas a otras y no atacar a quien decide reivindicar un día de la mejor forma que considere.

Porque ayer retornamos al origen de las reivindicaciones que dieron lugar a la celebración de este día, cuando un grupo de mujeres reclamaban en Nueva York unas mejores condiciones laborales. En mi opinión, este día debe abarcar más que la simple reivindicación de la igualdad salarial.

Tenemos que trabajar para tener los mismos derechos y obligaciones. Pero, para que esto sea una realidad, debemos trabajar juntos hombres y mujeres. Nada positivo sacaremos si convertimos este día en una lucha de ellas contra ellos, o más grave si cabe, una lucha entre mujeres.

Dijo Gregorio Marañón una frase que comparto plenamente, «no son los dos sexos superiores o inferiores el uno al otro. Son, simplemente, distintos». Vamos a reivindicar también que somos felices de ser mujer.