WLw a Junta de Extremadura acaba de hacer pública su oferta de plazas para el próximo año: casi 2.500, de las que más de 1.600 son plazas de convocatorias que ya estaban previstas en los años 2004 y 2005 y que no han salido a oposición. Es previsible, por tanto, que el número de empleos públicos ahora anunciados no llegue a salir en el 2007, a veces por circunstancias achacables a la propia Administración y otras veces no, y que, las que no salgan, vuelvan a anunciarse, renovadas, dentro de 12 meses.

Ninguna administración, con independencia de su signo político, se sustrae al ejercicio de hacer propaganda con su oferta de empleo y se publicita más de una vez la misma cosa. El problema es que, cuando se trata de puestos de trabajo en una sociedad como la extremeña, que responde masivamente a estas convocatorias --la propia Junta cifra en 100.000 los aspirantes a esas plazas, es decir, casi 50 personas por cada una de ellas--, se levantan una expectativas que luego se ven amargamente frustradas.

Hay, además, algunos requisitos de la convocatoria anunciada que son muy controvertidos: se ha cambiado el tipo de examen para el acceso a determinadas plazas que ya habían sido anunciadas. Por tanto, hay opositores que se han estado preparando para un tipo de ejercicio y que, ahora, junto al quebranto de la prórroga tienen que sufrir el del cambio de la prueba de acceso. Un aspecto que debería ser corregido.