WEwl expresidente del Gobierno y aún presidente del Partido Popular, José María Aznar , no cumplirá su compromiso de abandonar toda responsabilidad de dirección en su partido. Explicó reiteradamente que no se iba a retirar a medias, dijo que se convertiría en un militante de base pero, previsiblemente, del próximo congreso del PP saldrá no sólo con una presidencia de honor a su medida, sino también con una silla en la ejecutiva que decide las grandes líneas y la vida cotidiana de la formación.

Cabe pensar que el cambio de postura obedece al cambio de la situación política. El plan de jubilación de Aznar fue diseñado contando con que Mariano Rajoy sería el presidente del Gobierno, y que el PP administraría los grandes resortes políticos y económicos que dependen del poder central. Eso comportaría una situación muy confortable desde todos los puntos de vista para el expresidente. Ahora las circunstancias son otras. Se ignora si la continuidad de Aznar en la ejecutiva encierra alguna posibilidad de que plantee rehacer su carrera política para un desquite. Pero, en cualquier caso, a partir de esa situación, en la práctica Mariano Rajoy tendrá más difícil renovar el PP y adaptarlo a su propio estilo.