WEwel presidente Tabaré Vázquez, oncólogo y líder socialista, toma las riendas del país que en el pasado se conocía como "la Suiza de América" por su prosperidad y estabilidad. Asume un doble desafío histórico: liquidar el viejo régimen oligárquico de los dos partidos turnantes, Blanco y Colorado, y consolidar una heterogénea coalición, el Frente Amplio, que reúne a exguerrilleros Tupamaros y grupos socialistas, liberales y democristianos. El nuevo presidente propone un plan moderado para superar la grave crisis social. Y deberá inspirarse en el brasileño Lula para preservar la cohesión de su gobierno y la confianza de los mercados financieros.

La toma de posesión de Vázquez esta semana concitó en Montevideo a una cumbre de la izquierda latinoamericana en el poder, que intenta afianzar la política socialdemócrata frente al neoliberalismo a través de una convergencia entre la economía de mercado y las políticas sociales. Un éxito de la experiencia uruguaya tendría dimensión histórica. Porque contribuiría a consolidar la modernización de América Latina a partir más bien de las clases medias y de la revolución tecnológica que del proletariado industrial que afianzó hace medio siglo un sistema parecido en Europa.