El pasado lunes 26 de marzo tuve el honor de acompañar al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, junto a Luis Moreira Testa, presidente de la Asamblea del Alto Alentejo en una visita al pueblo rayano de Cedillo. Dicha visita nos sirvió para repasar los numerosos proyectos que tenemos en marcha entre el Alentejo y Extremadura, dos territorios europeos que han demostrado su compromiso durante los últimos años.

El Alto Alentejo y Extremadura han estado condenados a entenderse, y en este momento, a pesar de las dificultades que han supuesto la crisis económica, han reforzado sus vínculos culturales, sociales y económicos.

Es raro el empresario rayano que no tenga vínculos directos con el país hermano, como si del espejo de Alicia en el país de las maravillas se tratara, cada uno de su lado de la raya , aprecia el otro lado con respeto y atracción. Desde Valverde del Fresno hasta Oliva de la Frontera, desde el Valle do Espinho hasta Barrancos nuestras historias han estado conectadas, en el último siglo vivimos las dictaduras con la misma dureza, conocimos la democracia casi en paralelo, nos hermanaron sobre el papel un 12 de junio del año 1985 y por fin unos años después, gracias al espacio Schengen, las líneas divisorias desaparecieron y pudimos viajar, conocernos y atraernos como siempre, pero sin líneas divisorias , formando parte de un proyecto común e ilusionante llamado Europa.

EN ESTOS TIEMPOS de incertidumbre y zozobra internacional, en donde la tendencia es el aislacionismo, proclamar a los cuatro vientos que los intereses del país vecino son mis intereses, es ir contracorriente. Pero esa es la realidad, la unidad entre nuestras dos regiones nos hace más fuerte.

A lo largo de la raya transfronteriza hay varios proyectos conjuntos cuyas reivindicaciones hace que nuestros ciudadanos estén más conectados, desde la plataforma logística conjunta entre Badajoz y Elvas hasta la reclamación histórica del paso transfronterizo entre Cedillo y Castelo Branco , hace de la raya hispano-portugesa a su paso por Extremadura y el Norte del Alentejo un claro ejemplo no solo de convivencia sino de compromiso europeísta, cuyo lema ‘la unidad nos hace más fuerte’ lo tienen marcados nuestros vecinos desde la entrada de nuestros países en la Unión Europea .

Por todo ello no es de extrañar que cada vez que ha habido una convocatoria electoral europea, nuestras dos regiones, de un lado u otro de la raya, la participación ha sido de las más altas de nuestros respectivos países. Porque el proyecto europeo es una realidad diaria y constante entre nuestros pueblos, algo impensable hace 50 años, pero que en la actualidad ya nadie recuerda que nuestras fronteras estuvieron cerradas durante siglos y hermanarnos con Portugal sonaba a utopía, a exótico. Había voces que minusvaloraban la fortaleza de esa unión, y el tiempo les dio la razón a quienes apostaron por la unidad de nuestros pueblos.

A veces la incredulidad es solo un obstáculo para conseguir cambiar una realidad que parece intransitable, pero si un pueblo cree en sus posibilidades, consigue cuantas metas se proponga. Tenemos unos cuantos retos frente a nuestros ojos, solo hace falta creer en nuestras posibilidades como pueblo para afrontarlos.

* Filóloga y diputada del PSOE