El debate en comisión del proyecto de presupuesto para el 2010 ha aportado dos novedades significativas: el mantenimiento de la deducción de 400 euros para las rentas por debajo de los 8.000 euros anuales y la modificación del régimen especial para extranjeros especialmente cualificados, que afecta sobre todo a deportistas de élite y que pasa del 24% al 43%. Las enmiendas presentadas por IU-ICV y BNG, en el primer caso, y por IU-ICV y ERC, en el segundo, han sido aceptadas por el Grupo Socialista a despecho de decisiones en sentido contrario adoptadas previamente. Con relación a la primera de las enmiendas, cabe hacer dos puntualizaciones. Primera, la subida de impuestos justifica el mantenimiento de la deducción para las rentas más bajas, pero lo cierto es que afectará a un número muy reducido de contribuyentes, aunque la desgravación se haga extensiva --y progresivamente menor-- al tramo comprendido entre los 8.000 y los 12.000 euros. Segundo, denota improvisación, por no decir desorden, que después de pactar los presupuestos con el PNV y suprimir la deducción de 400 euros para todas las rentas, el Gobierno rectifique ahora, porque las razones para aceptar la enmienda en comisión no fueron tenidas en cuenta antes.

En cuanto a la modificación de las cargas fiscales que se aplican a deportistas extranjeros --futbolistas en su inmensa mayoría--, no hay duda de que se pone remedio a un disparate. El trato fiscal excepcional se articuló en su día para atraer a científicos y ejecutivos extranjeros de primera línea. Ha acabado captando solo a los ídolos de los estadios, y tal situación, con crisis o sin ella, es injustificable.