Vicesecretario general del PSOE extremeño

Lo bueno, y lo malo si se quiere, de una región como la nuestra es que aquí nos conocemos todos. Por eso, ¿a quién quiere engañar el señor Tomás Martín Tamayo?

Es verdad que en nuestro sistema político, las campañas electorales suelen ser ocasión propicia para el surgimiento de propuestas más o menos espectaculares, y también para la aparición de personajes con vocación de figurantes de cierto relumbrón. Por eso, a veces, como le ocurre al Partido Popular en estos momentos, se pretende encubrir la ausencia de una política creíble, de una alternativa seria para los ciudadanos, con fichajes pretendidamente novedosos. Pero aquí, como tantas veces ocurre en el deporte rey, puede ocurrir que uno ha creído fichar a Ronaldo y luego resulta que se queda en Anelka. ¿Cómo estará el PP, que necesita echar mano de Tamayo?

¿Puede alguien, en su sano juicio, pensar ni por un momento que el señor Tamayo --número dos en la candidatura por Badajoz-- represente una opción de futuro en Extremadura? Con Tamayo en el PP lo que vuelve de un modo incontestable es el pasado más negro y más crispado de una etapa política felizmente superada en nuestra región. Lo que volverá de nuevo a la Asamblea será la confrontación áspera y la bronca, la marrullería y descalificación. La descalificación personal y la ausencia clamorosa de propuestas para hacer avanzar a Extremadura. Que nadie se engañe: Tamayo y el PP acaban de rubricar un matrimonio de conveniencia, lo que todavía no sabemos es a qué precio y bajo qué condiciones.

Por eso, conociendo al personaje, la duda razonable que nos asalta es la de quién será el líder del PP ¿Tamayo o Floriano?; ya se sabe, dos gallos en un corral tan chico. Que no nos vendan renovación, que no nos hablen de aire fresco, que no nos hablen de filosofía política frente a atonía programática. Tamayo es un náufrago a la deriva que ha subido a bordo de la barquita del PP. A bordo del chapapote, de la contrarreforma laboral, de la guerra contra Irak, del abandono de Extremadura por la derecha más rancia y caciquil.

Y ahí les duele. El PSOE de Extremadura, con su secretario general a la cabeza, ha logrado en estos años de gobierno socialista transformar nuestra región de tal manera que hasta los más obnubilados políticamente no tienen más remedio que reconocer tal hecho. Extremadura ha avanzado en estos años más que en toda su historia. Y lo ha hecho de un modo armónico y solidario. Sin desajustes estructurales. Bajo políticas de solidaridad social y equilibrio territorial. Creciendo en los últimos años más que la media nacional. Avanzando todos juntos. Con el esfuerzo de todos. Ahí radica la diferencia. Frente a la improvisación y la incertidumbre, frente a la insolidaridad y la marginación que las políticas del PP significan para nuestra región, los extremeños saben a ciencia cierta que existe un proyecto de renovación y de impulso hacía el futuro liderado por los socialistas. Los hechos nos avalan, el apoyo ciudadano lo ratifica. La nave va. No permitamos que nadie tuerza su rumbo.