WLwa semana pasada, este periódico daba cuenta a sus lectores de los retrasos de dos meses del Ministerio de Fomento para poner en marcha los nuevos horarios y trenes a que se comprometió con la Junta en octubre del año pasado. Ayer, en estas mismas páginas se hablaba, con datos del propio ministerio, de los retrasos en cuatro tramos de la Autovía de la Plata. Habrá que pensar que esta región no tiene suerte con Fomento. Las razones por las cuales se ha retrasado el tren ya han sido explicadas por Rodríguez Ibarra , pero las esgrimidas por Fomento sobre las demoras en la terminación de los tramos de la autovía --65 kilómetros, un tercio del recorrido extremeño de la misma--, son muy escasas y no están muy claras: el ministerio se ha limitado a decir que esos retrasos obedecen a reformas. Reformas, por otra parte, que no han supuesto variación presupuestaria, por lo que deben de ser de escasa importancia, y algunas cuando ya estaban las obras prácticamente terminadas, prorrogándolas incluso más de un año. No es esta ministra la única que incurre en estos retrasos: Alvarez Cascos prorrogó un tramo cuatro días antes de las elecciones. Pero lo que importa es que este proceder no resulta lógico y que debería explicarse, porque son los ciudadanos los pagadores y los paganos.