La dimisión de Robin Cook (Escocia, 28-2-1946) como líder laborista en la Cámara de los Comunes ha movido a sus adversarios a recordarle el calificativo de gnomo del jardín que le aplican por su físico y a citarle episodios de su agitada vida sentimental. Pero ello no debe ocultar que es un gran renovador del laborismo británico y que fue un excelente ministro de Exteriores.

Antiguo enseñante y persona muy próxima a los sindicatos, Robin Finlayson Cook --éste es su nombre completo-- empezó a destacar en política en 1974 y hasta 1983 se mantuvo como diputado por Edimburgo central. Luego pasó a la dirección laborista y entre 1987 y 1994 se ocupó de Sanidad, Servicios Sociales, Comercio e Industria en el llamado Gobierno en la sombra . En mayo de 1997 fue nombrado ministro de Exteriores y demostró que era un entusiasta, a la vez que cauto, partidario de la unidad europea. En junio del 2001 pasó al liderazgo del que ahora ha dimitido, aunque sigue como diputado por Livingston.

Pragmático, en el haber de Cook figuran el traspaso de Hong Kong a China, los compromisos con la Unión Europea y su actual dimisión en defensa de una posible paz.

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