Justo al cruzar la meta en Billabona, Rodrigo García Rena (Miajadas, 27 de febrero de 1980) escribía una página de oro en el ciclismo regional. Un extremeño está al frente de la general de la Copa de España Elite y Sub´23 tras haberse disputado las dos primeras clásicas del calendario.

El miajadeño está enrolado en ese Spiuk-FIG de Zafra, que de la mano del empeño y la incombustible ilusión de Alfonso Rodríguez también rompió moldes en el encorsetado deporte de la bicicleta en nuestra comunidad.

Poco a poco se han ido cubriendo etapas, nunca mejor dicho, y cada una ha costado sangre, mucho sudor y alguna lágrima. Pero hoy tenemos al llerenense Fernando Torres en el Baqué y a Julián Sánchez Pimienta en el Fassa Bortolo italiano, ambos como profesionales. Y siguen el camino del placentino Rubén Martín (Tavira) o el azuagués Ernesto Manchón (Vitalicio), que fue el primero en cruzar la gruesa línea que separa élite y pelotón aficionado. Y uno recuerda las andanzas de ambos en el Joyería Morales de Félix Mendo , el triunfo en Guadalupe --rompeolas espiritual del sentimiento más extremeño-- de Manchón en la Vuelta a Extremadura... Rodrigo García se ha sumado a la estirpe que capitanea otra revolución de modestos. No es el único.

JUAN FRANCISCO SANCHEZ