La de Romero de Tejada no es una historia de un fraude cualquiera. Lo suyo es un pleonasmo vital que trasciende las barreras geográficas del Madrid que le vio medrar, tanto política como económicamente. Ni siquiera nos encontramos ante un caso como el de las "ovejitas" de las que tanto dio que hablar Carmen Sevilla, otra glamurosa hacendada en tierras extremeñas que cobraba ayudas de la UE. Sencillamente por el quién, el qué, el cómo, el cuándo y el dónde. Las respuestas han trascendido ya a la opinión pública. Una inspección de la Consejería de Agricultura, el organismo pagador de ayudas del FEOGA, pone sobre la mesa de la polémica la retirada de una ayuda al secretario general del PP de Madrid que, no por limitada (se trata de 12.000 euros, unos dos millones de las extintas pesetas), es menos sonrojante. Declaró más ovejas de las que realmente tenía para percibir el dinero europeo.

Romero de Tejada, ahora lejos del Madrid del ladrillo y de los Tamayo y Sáez, suma y sigue a través de sus fincas extremeñas, cobra por lo que no tiene y no da la mínima explicación sobre su peculiar entramado empresarial. Las asociaciones agrarias autonómicas ya han puesto el grito en el cielo por lo que consideran un escándalo. Pero es que el daño se lo hace, también, a su propio partido, el PP.