Como cantara Rocío Jurado, al PP y a Ciudadanos se les rompió el amor, no sabemos si de tanto usarlo, que también, o por culpa de las encuestas que sitúan a Ciudadanos por encima del PSOE y como segunda fuerza política. Tampoco sabemos si la culpa ha sido antes de la gallina que del huevo, o ha sido del huevo antes que de la gallina, pues pudiera ser una reacción de alejamiento del PP hacia Ciudadanos ante la peligrosa cercanía de Ciudadanos o si por el contrario ha sido Ciudadanos que antes la supuesta cercanía al PP quiera intentar el «sorpasso» al PP.

El caso es que se acercan las elecciones y hoy además de la noticia estrella, la primera me temo que de muchas, de la repentina chicuelina a Albert Rivera de Rajoy, pidiéndole que imite al PSOE en caso de Estado, el pase de muletas a Margarita Robles, también del PSOE, en el tema de Madrid, o ejerciendo de picador con Pablo Iglesias en los casos de corrupción, si me apuran hasta ejerciendo de bombero torero, pues hasta tal punto ha llegado la situación, que Rajoy hasta gasta chistes, llamando «aprovechategui» a Albert Rivera, afeándole que quisiera sacar partido del 155.

Nuestra política, como ven, se va pareciendo más a un coso taurino que a un senado romano, donde debatían populis y civies. Aquellos macrodebates y disensiones idealistas se convierten en embestidas y pases de muleta, mientras el ciudadano de a pie asiste atónito al espectáculo, pues cada vez con más asiduidad no sabe si ha cambiado de canal cuando pone Supervivientes, Mujeres Hombres y Viceversa, Sálvame, el Telediario o el canal parlamentario.

Mientras contemplamos la nueva feria de San Isidro sin necesidad de televisión de pago, la realidad está muy alejada del espectáculo y cada vez más del ciudadano, y de sus problemas, tanto del territorio nacional como de Cataluña.

En vez de tanto pase corto y muletillas, el ciudadano prefiere ver a todos unidos buscando una solución a las pensiones, «todos a una» para alcanzar un pacto educativo, la unión necesaria para un pacto territorial solidario y justo, sin pagos por apoyos, trabajando para alcanzar un pacto por el empleo que erradique los contratos basura o la temporalidad, una solución común y conjunta para asegurar a nuestros jóvenes un futuro sostenible y seguro, y un largo etcétera, pero sobre todo quieren y nuestros políticos deben, ante el escenario político actual, llegar a acuerdos que solucionen. Y el que quiera toros, que se vaya a la plaza.