Rosa María Mateo Isasi (Burgos, 6-1-1942) es un despido más de los 215 de Antena 3 TV. De la noche a la mañana, esta profesional, con una experiencia de 37 años, ha sido fulminada como una intrusa negligente. Ella, símbolo de credibilidad comunicadora, según aseguran las encuestas, ha sufrido un trato que sí se merecen tantos profesionales del embuste metidos a comentaristas televisivos.

Hija de un militar, estudió Derecho en Valencia. Pero en vez de ejercer la abogacía, en noviembre de 1966 ganó una oposición para locutora de continuidad en TVE. Su afición al teatro le valió ante las cámaras. En el examen, un realizador le dijo: "Tú has nacido para esto, para televisión. Si por mí fuera, no se te hacían más pruebas".

En 1972, fue Mateo la primera mujer de TVE redactora de informativos. Dos años después, Juan Luis Cebrián, entonces jefe del departamento, le encargó la presentación del último Telediario. Hasta que fichó por A-3 TV en 1993, fue un icono de los noticiarios y del Informe semanal de TVE. Tras el 23-F de 1981, fue incluso la voz --La Musa de la Democracia -- de la gran marcha madrileña contra los golpistas. Se ha dicho de ella que sólo es un busto parlante. En 1984, dimitió por discrepar de una introducción a una noticia sobre el Papa escrita por su director. La tildaron de anticatólica. Los bustos parlantes no discrepan.