Con el paracaídas de más de tres millones de discos vendidos, Rosana Arbelo (Arrecife de Lanzarote, 24-10-1963) se lanza ahora con Marca registrada, un CD en riguroso directo, que consta de 10 nuevas composiciones y 12 grandes éxitos anteriores. Entre éstos últimos, El talismán, interpretado por 15.000 espectadores de la localidad malagueña de Manilva.

Lo de esta canaria viene de muy lejos. De cuando tenía 3 años y fue capaz de tocar El Danubio azul en un organito de plástico que le compró su papá. Este, sin duda, debía de tener muy claro lo de la vocación musical de su benjamina (la menor de ocho hijos), porque a los 5 años le regaló una guitarra que abultaba el doble que ella. ¿Qué ocurrió después? Fácil: a los 8 años, la edad en que antiguamente se decía que los críos adquirían el uso de razón (¡qué cosas!), ella compuso su primer tema. Más que intérprete, quiso ser compositora: "Yo siempre pensé que lo mío no era cantar".

En 1994 se produjo un hecho decisivo: compuso la canción Fuego y miel, que ganó el Festival de Benidorm en la voz de Esmeralda. Dos años después, se decidió a dar la cara corriendo el riesgo de que saliera cruz. Pero fue el no va más. Su Lunas rotas rompió todas las lunas y todos los soles discográficos. "Pude con el éxito porque me pilló con 32 años y con la cabeza en su sitio". Con ella continúa.