La convención republicana que designará a Bush para que sea reelegido se inauguró ayer en una jornada en la que destacó el exalcalde de Nueva York Rudolph W. Giuliani (Nueva York, 28-5-1944), que es lo más centrista que tiene este partido de derecha dura. Algo así como lo que representa Gallardón en el PP.

El equipo de Bush necesita a Giuliani, pese a que las relaciones de éste con el partido republicano no son óptimas desde 1994, cuando apoyó a Cuomo, candidato de los rivales demócratas. A raíz del 11-S, "el alcalde de América" es un personaje muy influyente. Giuliani saltó a la fama en 1972 al esclarecer un caso de corrupción en la policía neoyorquina. El ejercía de fiscal de distrito con una fe y una entrega enormes, quizá por el ansia de borrar el pasado carcelario de su padre, que cometió un atraco. En los 80, también destacó en la lucha contra las redes mafiosas de Manhattan, lo que le catapultó para la alcaldía de Nueva York, que logró en 1993. Allí rebajó el índice de delitos, aunque Amnistía Internacional denunció malos tratos en las comisarías. El mal trago de Giuliani tras su merecida fama del 11-S lo pasó en mayo ante la comisión que investigaba la tragedia. Se concluyó que hubo heroísmo, sí, pero también "horribles errores" de coordinación en la operación de salvamento.

ANGEL SANCHEZ