Ahora que ya por fin ante el Consejo de Seguridad de la ONU se han presentado dos proyectos en el que el pueblo saharaui puede ver materializada la oportunidad de ejercer su autogobierno después de 31 años, surgen las inevitables preguntas y encuestas, sobre si el pueblo saharaui debe decidirse por el proyecto de autonomía presentado por Marruecos.

Creo que dicho proyecto no garantiza un futuro de libertad, pues no se sabe el grado de libertad ni las hostilidades con que se pueden encontrar los sufridos habitantes de la arena.

Aceptar lo que Marruecos propone no es un triunfo, los saharauis no recuperarían su territorio sino que se anexionarían a Marruecos con sus condiciones, y tendrían que entrar en el juego de una monarquía dudosamente democrática. No es la aspiración del pueblo saharaui tras tantos años de lucha por lograr su tierra que Marruecos se anexionó con aquella invasión llamada Marcha Verde .

Tras 31 años luchando por su autodeterminación para terminar en una autonomía dictada por quienes los invadieron y expulsaron de su tierra, no parece lo más aceptable ni inteligente. La autodeterminación es lo más viable. Un pueblo como es el saharaui con sus ansias de libertad y aún postrado en el hambre y la pobreza por causa de la injusticia, nunca ha sido abatido, ha demostrado gran tesón y fortaleza y deseos de paz, inmersos en sus precarios medios; si consiguen la autodeterminación, ellos sabrán organizarse como lo hicieron entre dunas de arena. Por otra parte, no todos los saharauis huyeron al desierto; muchos quedaron en el Sáhara, su tierra, ellos pueden decir en qué condiciones viven.

José Gordón Márquez **

Azuaga