Resueltos en fechas recientes los procesos selectivos de médicos de Atención Continuada, el panorama que encuentran las distintas autoridades del SES no puede ser menos que desolador. Los profesionales médicos han dejado más de sesenta plazas vacantes de las ofertadas, y la razón es muy simple. El modelo actual ya no sirve. Un médico o enfermero estatutario de Atención Continuada sabe que su trabajo será peor retribuido en Extremadura que en Castilla la Mancha o Portugal, y lo mismo sucede dentro de la región, si se compara con un profesional del 112, (quienes han alcanzado ya un acuerdo con el SES con mejoras salariales), Atención Primaria, o Especializada, y, tanto las diferencias económicas como la consideración que los responsables del SES y de los mismos integrantes de los centros de salud tienen hacia estos profesionales, (recordemos, con el mismo título y competencia) hacen que esta categoría siga siendo la menos valorada del sistema de salud extremeño.

XLOS PROFESIONALESx de Atención Continuada no cobran nocturnidad, complemento que cobran celadores, policías, bomberos... ni turnicidad, y tampoco cobran más por trabajar en festivos. Muy pocos de ellos pueden elegir sus días de vacaciones, ya que siempre son los últimos para centros y gerencias. Y si lo hacen, es a costa de una sobrecarga personal que acaba repercutiendo en la atención sanitaria prestada.

A estos médicos y enfermeros, en muchos casos, sus superiores, acosados por la necesidad de cubrir vacaciones y permisos de otros, ya se les está obligando a hacer sustituciones y consultas, no siendo esta su jornada de trabajo ordinaria, es decir, sin cobertura de ningún tipo, y cobrando menos de la mitad que un titular o un sustituto por desempeñar la misma función. Los turnos de Atención Continuada (las guardias) se reparten entre los miembros de Atención Primaria, y las sobrantes, o aquellas que nadie quiere, como viernes o vísperas de festivos, se les regala generosamente a los profesionales de Atención Continuada.

Tampoco está clara su inclusión como miembros de pleno derecho en los Equipos de Atención Primaria, y no participan, o lo hacen de desigual manera, en el reparto de incentivos y en muchas otras cuestiones relativas al funcionamiento interno de los centros.

Al descontento general se suman la confusión, la desinformación y sobre todo, las múltiples y siempre interesadas interpretaciones que hacen las distintas Gerencias de Area de los acuerdos sindicales concernientes a dicha categoría, que buscan solucionar sus necesidades de recursos, vulnerando en muchos casos la legalidad vigente, y no siempre respetando los derechos que, como trabajadores, les asisten. Las condiciones de trabajo varían, y mucho, si se desempeñan las funciones en una gerencia o en otra. Y debido a estas desigualdades y ausencia de criterios comunes, algunas sufren de manera más acusada la falta de profesionales que otras, puesto que, ante estos hechos, médicos y enfermeros, jóvenes y no tan jóvenes, optan por cambiar e incluso se marchan a otras comunidades o especialidades. Y la tendencia continúa, por eso en ocasiones se contrata a personal en formación o a profesionales de exóticas procedencias para cubrir las plazas o los días que ya nadie desea.

En definitiva, tanto las condiciones de trabajo actuales como la propia categoría de médico y de enfermero de Atención Continuada han de ser sometidas con urgencia a una profunda revisión y con los interlocutores apropiados, si no queremos que nuestros centros de salud queden desprotegidos y sin una asistencia de calidad, y el SES tiene la responsabilidad, no sólo ante estos profesionales, sino ante los usuarios y pacientes, de clarificar la situación, poner los medios económicos y legales necesarios para dignificar dicha categoría y devolver a sus profesionales el respeto y consideración de la que, hoy por hoy, carecen. Desde la Asociación de Médicos y Enfermeros de Refuerzo de Extremadura queremos hacer una llamada de atención ante un problema que puede solventarse tomando las medidas oportunas y sin más dilación, puesto que está en juego no sólo la dignidad de un colectivo, sino la salud que merecen todos los extremeños.