Profesor de Historiade la Música

Me parece muy oportuno hacer mención de esta virgen y mártir, como lo fuera santa Cecilia, ya que hoy se celebra su patronazgo.

Santa Cecilia, hija de la ilustre familia de los Metelos, casada con Vallejo a quien convirtió al cristianismo, mantuvo voto de castidad convirtiendo a la fe a muchos de sus allegados. Fue martirizada en el baño de tres puñaladas en el cuello. Se sitúa su martirio hacia 229-230 a. C. En el siglo IV se celebraba ya su fiesta en Roma justamente en la iglesia dedicada a la santa, que había sido su casa y ella había donado para el culto divino. Fue la primera iglesia en que se celebraban diariamente los oficios cantados por una congregación de monjes que allí estableció el papa Pascual I. Se da el caso de que en el oficio de santa Cecilia había una antífona que decía: "Cantantibus órganis Cecilia virgo corde suo soli domingo decantabat..." (al son de los órganos la virgen Cecilia cantaba en su corazón sólo al señor...).

A raíz de esta antífona y del singular y solemne culto cantado que se celebra en su iglesia y que luego se extendió a otras muchas iglesias a ellas dedicadas, y muy especial desde su fundación en Roma el año 1584, de la Academia de la Música, que la nombró su patrona, se le consideró y proclamó en todo el orbe cristiano patrona de la música.

A santa Cecilia, grandes maestros de la pintura la han representado tañendo un órgano, una vihuela o algún otro instrumento de cuerda; además, aparece en decoraciones de las tablas de algunos instrumentos musicales tales como la espineta o el virginal.

Hoy los músicos celebramos una identidad colectiva, una correspondencia a una comunidad cuya historia se traduce en la genética de los individuos que la conforman y de los cuales nacen todas las expresiones artísticas. De aquí el valor de la música que nos arrulla, nos sigue en el proceso de desarrollo y hasta nos acompaña al volver al polvo.

Pero, junto con el valor de identificación cultural, la música, como expresión del espíritu, se enraíza en lo más profundo de la humanidad, al punto que identifica a un conjunto de patrias que hacen una sola cultura, como la cultura occidental que aglutina valores continentales que se universalizan con el aporte de diversas culturas. Así pasa con los tambores y maracas del continente africano, tan nuestros como lo son de los aborígenes de esos lares. Podríamos decir, por eso, que la historia de la música es la historia de la humanidad y cuando se universaliza es un vínculo de unión y solidaridad.