Uno de los realizadores españoles de mayor renombre y, desde hace ya unos cuantos años, menor éxito en taquilla en lo que se define eufemísticamente como cine no comercial, proyecta llevar a la gran pantalla la matanza de Puerto Hurraco, esa foto fija de la España más profunda que Extremadura ha tenido que cargar tantos años. Carlos Saura, de la mano del productor Andrés Vicente Gómez, que lleva la iniciativa como si de un proyecto personal se tratase, está ya en pleno casting , con la previsión de comenzar el rodaje en julio. En otro ejercicio de fina previsión, los promotores se han cuidado de que entre las localizaciones del rodaje no se encuentre Badajoz, sino la vecina Toledo.

Si lo cierto es que cualquier cineasta puede libremente seleccionar temática para una película, no lo es menos que, indefectiblemente, esa imagen que proyectará de Extremadura en las salas de cine de toda España hará que un suceso de por sí extemporáneo, acaecido en agosto del 90, nos retrotraiga muchas décadas atrás. Con su película sobre Puerto Hurraco, Saura nos propone un viaje en el tiempo que en su agenda tan sólo apuntará como un suceso, pero que a esta tierra ha hecho mucho daño. Demasiado como para desenterrarlo. ¿Volveremos a Las Hurdes de Buñuel en pleno siglo XXI?