WLwa multinacional Volkswagen (VW) ha planteado un expediente de regulación de empleo (ERE) que afecta a unos 1.400 puestos en su filial Seat, la mayoría en Martorell y Zona Franca. La medida es una declaración de intenciones que abre definitivamente el debate sobre el futuro del sector de la automoción española. La vía elegida requiere la aprobación de la Administración, lo que implica que la Generalitat deberá esforzarse en la búsqueda de soluciones de futuro para la única fábrica de automóviles asentada en España con una marca conocida de origen español.

Los sindicatos harán bien en pelear por cada uno de los empleos que se quieren eliminar, aunque no hay que perder de vista la cuestión de fondo de que la crisis actual de Seat es estructural. Su capacidad de producción resulta excesiva en comparación con sus ventas. Pero ese problema no tiene nada que ver con el convenio laboral vigente, sino con el error estratégico de los gestores alemanes de la fábrica, que eligieron mal los modelos para producir y cómo debían venderse. Si la crisis de la Seat de hoy es irreversible y requiere una reestructuración a fondo, el sacrificio hay que repartirlo entre todas las partes implicadas.