Hace unos días un concejal decía que la recogida de basuras no era la correcta porque sólo había cuatro camiones para realizar ese trabajo.

El miércoles leí unas declaraciones del concejal encargado de la limpieza en las que decía que pensaba que había gente que ensuciaba intencionadamente. Y hoy es el alcalde quien hace unas declaraciones en la misma línea.

¡Ante esto yo no sé si reírme o echarme a llorar!

Señores concejales y señor alcalde, tengan por seguro que el que ensucia, el que pintarrajea las paredes, el que saca su perro cada mañana para que haga sus necesidades (por ejemplo, en la plaza que hay en Díaz Brito, cada mañana, cuando salgo a trabajar, allí están puntualmente un señor paseando y observando con placer como su perro, suelto, hace todo lo que le place), el que de una patada arranca una papelera, el que para demostrar su fuerza ante los amigos rompe el respaldo de un banco de hierro de los pocos que hay en nuestros paseos, el que prende fuego a los contenedores de papel y cartón, el que tira la basura fuera del contenedor porque le da asco abrir la tapa,... y tantos y tantos otros hacen esas cosas intencionadamente.

Pero nosotros, los contribuyentes, pagamos unos impuestos para que, con intención o sin ella, todo eso deje de ocurrir.

¿No se podía haber comprado cada año, o cada bienio, un camión para la recogida de basuras desde que este alcalde es alcalde?

¿No se podrían colocar las decenas de bancos que se están oxidando a la intemperie en la Antigua Casa de las Aguas en nuestros paseos, para que los mayores puedan disfrutar de ellos?

No se podría incrementar la vigilancia policial en las horas de oscuridad, que es cuando los malintencionados hacen sus fechorías?

Hay que ponerse manos a la obra y dejar de buscar culpables fuera. De verdad, los culpables somos nosotros.

Carmelo Sayago Hernández **

Badajoz