La selección española de fútbol consiguió ayer algo que nunca había logrado el deporte nacional y que quizás tarde décadas en volver a lograr: la victoria en la Copa del Mundo. Andrés Iniesta materializó los sueños de muchos millones de españoles con un tanto en la prórroga que resultará imborrable, haciéndolo además con un juego plástico y espectacular no exento de lucha. El país entero se echó a la calle para celebrarlo hasta el amanecer.