Señor consejero de Administración Pública, quiero hacerle llegar mi queja por las circunstancias en que se han celebrado las pruebas selectivas al cuerpo técnico de la Junta, haciéndole saber que los opositores no somos, ni mucho menos, esos tontos a los que se les ha engañado sutilmente sin que se hayan dado cuenta. Nos hemos dado cuenta, señor consejero, pero como no podemos hacer otra cosa que callar y asumir la decisión que han tomado de hacer lo imposible para que no haya aprobados este año, no me queda más remedio que, al menos, lea usted estas líneas y reflexione sobre lo que ha pasado.

Hubiera sido mucho más elegante no convocar oposiciones este año. Muchos lo hubiéramos entendido, dada la crisis que estamos pasando. Pero usted no sólo no lo ha hecho bien, sino que ha permitido que se haga de la manera más fea que se podía hacer, y no sólo en mi especialidad de Arquitectura Técnica, sino que ya me imagino que sabrá lo que ha pasado también con las oposiciones de Auxiliar Administrativo.

El examen que hice para acceder al funcionariado público es sin duda el más bochornoso que he hecho nunca. Para otro año, eviten publicar en el DOE el temario con los temas que se pedirán en las pruebas y así evitarán el enfado colectivo que produce el sentarse en una silla y no saber ni por lo que te están preguntando. ¿Sabía usted que las preguntas impugnables superan en más del doble a las de reserva? Pues si no lo sabe, se lo digo yo. Y no sólo yo, sino decenas de compañeros a los que conozco, además de mí, que se han dirigido a usted y al tribunal para impugnarlas y no hemos recibido aún contestación. Piense usted lo que ha consentido, primero al permitir que se realice un examen de estas características y luego al hacer caso omiso a las numerosas impugnaciones. Piense también en todas las familias que han vuelto a ver como éste año tampoco será el suyo.

Por todo ello le pediría dos cosas: que convocase de nuevo unas oposiciones a las que podamos presentarnos de forma limpia, y si suspendemos será por culpa nuestra. La segunda, su dimisión una vez convocadas de nuevo las oposiciones. Pero como sé que no va a hacer ni lo uno ni lo otro, no me quedará más remedio que, al menos, saber que no me he quedado de brazos cruzados y le he hecho llegar el pensamiento del 99% de las personas a las que usted ha defraudado.

José Martín Bermejo Domínguez **

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