Por birlibirloque, sucedió hace unos días que di con mis huesos, y con los hierros de mi auto, en una de esas villas que proliferan por los alrededores de Norba Cesarina: Macondo; lindo nombre de entrañables reminiscencias literarias hispanoamericanas.

Hace la friolera de casi cuarenta años, mi muy querido amigo panameño Vicente Rodríguez , estudiante de Medicina en nuestra común patria sentimental salmanticense, me regaló un libro archifamoso: Cien años de soledad . Bueno, bien, lo que vino detrás de aquella iniciática lectura fue la increíble plétora de toda la literatura hispanoamericana en forma de asignatura, estudios, lecturas, lecturas y más lecturas, hasta hoy día, si Dios quiere, y lo que te rondaré, morena. Definitivamente, si uno siente querencia por alguna realidad geográfica de este perro mundo tan variopinto es por ese continente que va desde el sur de USA hasta el turbulento paso de Magallanes.

Dejemos, pues, la vocación hispanoamericana de este aficionado a la literatura americana en español y retornemos al barrio cacereño de Macondo. Cuál fue mi sorpresa cuando al recorrerlo fui viendo cómo habían rotulado las calles con los nombres de los personajes de la novela de García Márquez . ¡Diantres! Calle de Remedios Buendía, calle del Coronel Aureliano Buendía, calle de Francisco El Hombre , calle de Gabo (apelativo del autor), pero bueno-

Demos la vuelta a la moneda. Pues resulta que el familiar Gabo , aparte de ser un escritor monumental, premio Nóbel y todo lo que se quiera, no pocas veces ha demostrado ser un impertinente resentido contra la supuesta madre patria a la que ha dedicado despectivas frases y desaseados comentarios. ¿Con que sí, eh, Gabo? ¿Con que de hache nada, ni de raíces ni de literatura española, no? Carmen Balcells , tu agente literaria, Barcelona, y gracias, ¿no? Lo demás, nada. Y fíjate que en Cáceres, raíz de muchos de aquellos que llevaron el castellano a tu Colombia natal, dedican todo un barrio a tu archifamosa novela. Qué cosas ¿verdad?

Nunca he visto una calle dedicada a Alvar Fáñez Cantar de Mío Cid , ni a Gonzalo de Berceo , ni a Trotaconventos Libro de Buen Amor , ni a Calisto y Melibea La Celestina , ni al cura ni al barbero, Sansón Carrasco o Ginés de Pasamonte (Cervantes ), ni a tantos y tantos personajes de la literatura española, ni siquiera al reciente y españolísimo capitán Alatriste.

No somos más papistas porque no entrenamos ni vamos a clase. Maldita Logse.

*Escritor