Este Primero de Mayo de 2009 coincide con el momento álgido de la crisis y de la destrucción de empleo tan agresiva que padecemos. Nuestro motor económico se ha parado, por lo que la prioridad no puede ser otra que reactivarlo.

La profunda crisis económica que está castigando de forma singular a los trabajadores a través del desempleo y de la precarización de las condiciones de trabajo, ha sido provocada por la falta de control democrático sobre el liberalismo capitalista y, en particular, en el sistema financiero internacional que ha sido fagocitado por su propia estrategia especulativa.

Y mientras esto ocurre, los sindicatos saldremos el uno de mayo a la calle desoyendo los interesados cantos de sirena que quieren, en el río revuelto de la crisis, obtener réditos políticos. Y diremos con voz alta y cargados de razones que no se puede consentir que los mismos que nos han llevado a esta recesión, planteen una reforma del mercado de trabajo que lo único que puede generar es un mayor incremento del desempleo, al facilitar aún más las condiciones de despido.

Es indecente hablar de nuevos contratos de trabajo cuando lo necesario es parar la destrucción de empleo. No se puede hablar de congelación salarial en los convenios colectivos si no se admite que el mantenimiento del poder adquisitivo es clave para reactivar el consumo. No se puede consentir que se culpe a los trabajadores de no encontrar un empleo por no buscarlo de manera activa, mientras que los empleadores demandan medidas para poder recortar las condiciones de trabajo.

Insistimos en que no es admisible que mientras hay un millón de hogares en España con todos sus integrantes en paro, se insinúe la necesidad de recortar las políticas de subsidios por desempleo para estimular la búsqueda de empleo. Al contrario, es preciso aumentar la protección de los desempleados, tanto de los que perciben prestaciones contributivas o asistenciales, como de los que las han agotado. Que no se puede centrar el debate en los posibles recortes de pensiones, sino en la recuperación de la actividad económica que nos permita acelerar la salida de esta crisis abriendo el camino hacia la vuelta a la creación de empleo.

Por todo ello es imprescindible la acción inmediata del Estado en toda su dimensión y con todas sus administraciones territoriales, que pasa por el impulso de la inversión y el gasto público que incentive el consumo y la inversión privada, elementos fundamentales de la demanda interna. La acción realizada hasta ahora es insuficiente.

Por su parte, Extremadura está siendo especialmente castigada por los efectos del bloqueo crediticio que penaliza a las pequeñas empresas predominantes en el sistema productivo regional y que necesitan una inyección de liquidez inmediata. Asimismo UGT requiere de las autoridades y de los agentes económicos y sociales la activación de una estrategia de modernización y mejora del sistema productivo regional que permita una mayor rapidez en la salida de la crisis y tras la misma, la mejora de las condiciones sociales y laborales de los trabajadores empezando por una reducción de la elevada temporalidad que padecemos y que está provocando esta sangría de parados.

El movimiento sindical está enfrentando la crisis desde una posición activa, aportando propuestas y demandando soluciones. Como siempre, y este año con más motivos, invito a los trabajadores extremeños a que se movilicen con nosotros por el empleo decente y por una salida de la crisis favorable a las personas.