TYta es bien sabido que, en estas fechas del calendario, concluidas las vacaciones estivales y urgidos de regresar a los horarios laborales, hay todo un síndrome postvacacional desagradable, que viene siendo estudiado por expertos médicos desde hace décadas. Pues bien, ahora nos aseguran que sentirse mal cuando hay que reincorporarse al trabajo es lo más normal e incluso, no se lo pierdan, es sano.... De hecho, en efecto, es un sentimiento sano, según los psiquiatras y los médicos de familia. Sin embargo, tratar el malestar postvacacional con medicamentos o darle demasiada importancia puede generar, a la larga, otros problemas mentales como la hipersensibilidad ante episodios habituales para cualquier persona.

Es decir, los sanitarios alertan de que agobiarse por cuestiones pequeñas puede terminar por convertirnos en personas débiles ante los verdaderos problemas. Otra cosa es que el denominado síndrome postvacacional esté relacionado con otros conflictos del trabajador, como el estrés o las malas relaciones familiares. Los médicos reconocen que los días de descanso pueden provocar recrudecimientos de aconflictos latentes o larvados, porque se aumenta la convivencia y es cierto que se multiplican las separaciones, según alerta un psiquiatra gallego que se ha consultado por el diario La Voz de Galicia .

Cuenta este diario que la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria define el malestar derivado de volver al trabajo como "muy genérico" y nada alarmante, siempre que no esté poniendo de manifiesto otro problema derivado de la situación del trabajador en su puesto. "Afecta con más frecuencia a aquellos que están quemados o que tienen problemas de desencanto con la labor que realizan", explican los médicos de familia que, ante la avalancha de pacientes con este problema, han elaborado una guía. En ella dicen que es muy importante "tener una actitud positiva, evitando recrearse excesivamente en la incomodidad de los primeros días laborables". También afirman tajantemente que este malestar no es preocupante y tiene una fecha de cura muy corta: "Si no desaparece transcurridos los siete primeros días, ya no podemos hablar de un síndrome postvacacional", en cuyo caso si el mal humor persiste es necesario revisar qué le pasa al trabajador e incluso acudir al médico. La Sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria no hace especial mención de este problema en los niños, aunque pueden acusarlo como el resto de la familia al cambiar de rutina: "Los niños son un reflejo de los padres, y lo cierto es que problemas que antes se solucionaban con sentido común en el seno de la familia, ahora se llevan a las consultas", se queja un psiquiatra gallego, que también recomienda ser positivos y creativos a la hora de afrontar aquello que disgusta. Todos apuntan en un sentido: quejarse y estar de mal humor no sirve de nada. Es mejor sacar partido de las horas del sol que nos regalará septiembre.

El que no se consuela es porque no quiere...