Que la promoción de una feria del libro se haga a partir de un desnudo femenino es reflejo, uno más, de las conductas sexistas que perviven en la sociedad española. Así ha sucedido con el cartel de la feria del libro de Zamora, en el que se muestra a una mujer desnuda de espaldas, con un libro tapándole el dorso y sus manos sobrepuestas ocultando parte de las nalgas. Ya no se trata de valorar su calidad artística, sino de censurar que se use un cuerpo femenino como reclamo. En definitiva, de cosificar a la mujer con estereotipos propios del ámbito publicitario. En este caso, también sorprende que el Ayuntamiento de Zamora, colaborador de la feria, esté en manos de IU, formación de la que cabe esperar -por su carácter progresista- que esté siempre en contra de cualquier manifestación sexista. Si este cartel puede manifestar voluntad artística con el desnudo, ha coincidido con el anuncio de trabajo de una discoteca de Benidorm que pide camareras «sin novios enfermos celosos», o la obligación de ir «con tacones o plataformas» si no son altas. Quizá ha llegado la hora de plantearse, al margen de la denuncia pública, la opción de sanciones administrativas para acabar con este tipo de expresiones de un machismo inadmisible.