Recuerdas la primera imagen que viste de un hombre y una mujer practicando sexo explícito: una fotografía de una revista pornográfica alemana que tenía un amigo tuyo cuyos padres habían emigrado a Alemania y venían a España en verano. Tendrías catorce años. En España ese tipo de revistas no se podían publicar por entonces. Hasta que murió Franco y la democracia comenzó a prohibir lo prohibido. Entonces varias editoriales y productoras cinematográficas empezaron a sacar chicas -y excepcionalmente algún chico- en pelotas. A esto se llamó destape. No olvidas las largas colas en los cines para ver las películas “S” (La trastienda, La lozana andaluza, El libro del buen amor). Ni las portadas de las revistas Papillón, Lib, o la sobreviviente Interviú. El morbo crecía como la espuma. Y como el sexo trae más sexo -sobre todo en un país sexualmente reprimido-, durante los años sucesivos se fueron acabando los remilgos y las publicaciones clasificadas XXX hicieron su aparición. Los españoles ya no tenían que ir a Biarritz para ver cine porno, o esperar a ese amigo “hispanoalemán” que traía sicalípticos suvenires de papel cuché de Düsseldorf.

Ahora el sexo en imagen te persigue, sobre todo a través de las nuevas tecnologías telefónicas, y no hay día que no recibas un wasap de carácter sexual -la imagen de una mujer joven ligerita de ropa, o de un omnipresente hombre de raza negra cuyo pene no tiene fin-. Internet se te abre de piernas para mostrarte sus partes más libidinosas. De hecho, a veces navegas por páginas inocuas y la publicidad sexual se cuela a traición.

Pero el sexo es el origen del mundo -como diría el pintor Gustave Courbet- y no hay quien escape de sus tentaciones -aunque supones que algunos lo hacen entregándose enteramente a la castidad-.

Sí, ahora el sexo te persigue. La tecnología, para bien o para mal, se está encargando de que sea demasiado accesible, al menos para los ojos. Para el resto del cuerpo depende de la agilidad o capacidad de seducción de cada uno para proporcionárselo, porque no está al alcance de la tecnología. De momento.