Tras el atentado en Manchester no paro de escuchar en las tertulias de radio y televisión que no podemos consentir que el terrorismo cambie nuestras vidas.

Me sorprende la estupidez del comentario porque nuestras vidas cambian cada vez que una bomba estalla y muere o hiere a un ciudadano. O es que estos tertulianos son más valientes que el resto de persona y no modifican sus costumbres cada vez que ocurre una catástrofe.

Otra cosa que es que el día a día nos devuelva la tranquilidad y volvamos a ser los de siempre, no pensemos en las víctimas, ni en los verdugos, ni condicionemos nuestra existencia porque unos fanáticos dedican con denuedo poner fin a nuestra sociedad.

Les recuerdo cuando el azote del terrorismo de ETA maltrataba una día y otro también a los españoles. ¿Se modificaba nuestra vida? Pues claro que cambiaba, pero la resiliencia de las personas nos hacía levantarnos y seguir, e intentar ser más fuertes que esos canallas que asesinaban por el placer de romper familias, en particular, y a la sociedad, en general.