XLxos más de 450 millones de personas que vivimos en los 25 estados que componen actualmente la Unión Europea nos encontramos en un momento histórico. Pero histórico de verdad, porque estamos llamados y los españoles somos los primeros a ratificar o no en las urnas el Tratado de la UE por el que se establece una Constitución europea.

No siempre resulta fácil percibir la trascendencia real de acontecimientos como el referéndum del 20 de febrero. A medida que una realidad se amplía desde nuestro entorno más cercano hacia escenarios más globales corre el riesgo de ir desdibujándose y es más complicado que cada uno de nosotros entienda hasta dónde es ya decisivo, y va a seguir siéndolo aún más en el futuro, el progreso en la integración de los estados y los pueblos de Europa.

El debate que está animando la campaña para el referéndum del 20 de febrero se extiende, como no puede ser de otra forma, por el conjunto de la sociedad y nos anima a todos a posicionarnos, con los escasos matices que ofrece el sí, el no y la abstención, en torno a un texto legal que nos afecta a todos... y de qué manera.

Por ello, desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, como la organización agraria más representativa del colectivo mayoritario del sector agrario español, estamos participando en la campaña a favor de la Constitución europea; y lo hacemos con una posición muy crítica, pero también muy convencida de que todos nosotros como ciudadanos europeos --y no sólo nuestros gobiernos y nuestros parlamentos-- estamos dando un paso de gigante.

No están de más las referencias constantes a la memoria histórica. Como ciudadanos de Europa y como profesionales de un sector clave para la sociedad y la economía, los agricultores y los ganaderos somos plenamente conscientes de la dimensión histórica de este acontecimiento; y por ello desde UPA llamamos la atención para que el avance de la integración europea en las últimas décadas oculte la memoria histórica ni nos haga olvidar las consecuencias de las guerras y las posiciones totalitarias, que en nuestro caso hemos sufrido a través de una guerra civil y una dictadura de 40 años. Porque son guerras de ayer mismo, aunque ahora nos parezcan muy lejanas. La Constitución europea va a construir más Europa, y esa es su mayor contribución. Los agricultores y los ganaderos queremos más Europa, y por ello estamos a favor de la Constitución, con todas sus carencias, que las tiene; con todos sus defectos, que los tiene.

La Constitución europea ratifica la decisión compartida de convivir en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la ausencia de discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre hombres y mujeres. Un modelo de sociedad basado en el respeto de la dignidad humana, la libertad, la igualdad, el Estado de derecho y los derechos humanos.

Nosotros, como agricultores y ganaderos, sí que sentimos a diario en nuestro trabajo lo mejor y lo peor de estar en Europa. La PAC sigue siendo todavía la más común de las políticas comunes, y las decisiones que se adoptan en la UE se reflejan directamente en nuestras explotaciones, en nuestras rentas. La PAC fue la primera de las políticas comunes y ha sido, durante más de 40 años, el eje central de la Unión europea. Con todos sus defectos y sus problemas, que desde UPA siempre denunciamos con firmeza, la PAC ha sido y es determinante para el progreso de la actividad agraria y la sociedad rural en Europa.

La memoria histórica nos recuerda que la PAC sirvió en sus orígenes para desterrar el hambre en Europa; y para que los agricultores y ganaderos europeos, con su esfuerzo, hayamos aumentado nuestra productividad y la calidad de los alimentos. Todo ello, con la defensa del modelo de agricultura familiar, mayoritario en España y en Europa, del que depende la viabilidad del mundo rural.

Después de casi 20 años en la Unión europea, los agricultores y ganaderos españoles sabemos que este proyecto común es la mejor garantía para nuestro desarrollo social y profesional, para proteger nuestros intereses ante la globalización de la economía mundial; y para canalizar la reivindicación de nuestros derechos. Por todo ello, decimos a la Constitución europea. En tanto que ciudadanos europeos singulares por el entorno en el que vivimos y trabajamos, los agricultores y los ganaderos queremos más Europa. Y esto es lo que nos asegura la Constitución europea. Un futuro estable para Europa siempre será garantía de progreso y solidaridad para la agricultura familiar y el mundo rural. Por eso decimos a la Constitución europea. Porque es un gran compromiso democrático, para vertebrar en una norma común todo el proyecto de construcción europea.

*Secretario general de la

Unión de Pequeños Agricultoresy Ganaderos (UPA)