En realidad, la comparación no es tan disparatada: sería la primera vez que un ciudadano no nacionalista ocupara el palacio de Ajuria Enea. El abismo que atravesó Barack Obama para llegar a la Casa Blanca en su condición de mestizo fue un reto mucho mayor que el que tiene el líder del PSE. Pero, transcurridos más de 30 años de democracia, la llegada de un socialista al Gobierno vasco no parece un hito poco desdeñable.

Hay otra comparación posible: la del lendakari Ibarretxe con George Bush . Todos los proyectos políticos del presidente vasco han chocado con un muro; el más reciente: su propuesta de consulta popular al margen de la Constitución, un camino sin salida al que condujo al pueblo vasco y desde donde solo ha podido salir con una convocatoria electoral anticipada. Pero no es el único déficit importante de Ibarretxe, que ha demostrado su incapacidad para liderar la lucha contra el terrorismo.

Euskadi tiene un futuro prometedor, a pesar de la incertidumbre económica general, porque el tejido social e industrial vasco es saludable desde mucho antes de que el sistema democrático instaurara una hegemonía nacionalista que ahora se siente amenazada por la ruptura del tripartito y por las diferencias estratégicas en el PNV.

Haría falta que Patxi López pudiera transmutarse parcialmente en la proyección política de Obama y formulara un sueño capaz de subyugar a muchos votantes nacionalistas hastiados de que la mercancía que se les ofrece esté siempre envuelta en frustración. El "yes, we can" de Patxi López podría ser una oferta superadora de la división de la sociedad vasca, donde la existencia del terrorismo ha sido el caldo que ha hecho posible que la cobardía fuera el punto de acomodo para que quienes no están amenazados se hayan desvinculado de los que han estado en el punto de mira de ETA.

Refundar Euskadi en paz, sin revanchas, con espacios compartidos donde todos los vascos se puedan sentir satisfechos, pasa por la alternancia política y por la llegada a Ajuria Enea de un líder que, sin necesidad de ser mestizo, es inequívocamente no nacionalista.