TUtna de las misiones que entiendo tenemos los que tenemos la oportunidad de llegar a la gente a través de la palabra escrita es la de llamar la atención o denunciar, de manera más o menos correcta, lo que pensamos beneficia o perjudica a la ciudadanía. En este sentido no puedo creer que por un lado se nos está vendiendo el uso de las nuevas tecnologías para todo, incluso para realizar trámites con la Administración (tal y como expuse en mi anterior artículo), y por otro, se pretenda --si no se consigue llegar a tiempo-- la reducción de las horas destinadas a estos menesteres en un 28 por 100 en el currículo de la enseñanza pública.

Algunos pensamos que la informática es el presente y futuro de nuestra civilización, nos afanamos en que nuestros hijos tengan contacto con los ordenadores lo antes posible y defendemos que la existencia de programas de alfabetización tecnológica y de otro tipo, son cruciales para la integración e igualdad de determinados colectivos. Ante este escenario es obvio que no podemos permitirnos el lujo de que nuestros hijos pierdan el tren de la tecnología que les conduzca a la sociedad de la información de manera eficaz, al menos en comunidades como la extremeña en la que, entiendo existe un escenario adecuado para este tipo de iniciativas. Se hace por tanto necesario un estudio profundo de la cuestión y de sus posibles consecuencias, una apuesta clara y decidida hacia la plena cibersociedad, sin titubeos ni medias tintas, aunque eso suponga desmarcarse de ciertas estrategias generales que no benefician a nuestra región.

El departamento que dirige Cabrera ha de reconsiderar esta y otras reflexiones, debe estudiar a fondo dónde están los intereses, no sólo los que mueven a quienes viven el presente sino los más idóneos para aquellos que nos sucederán en el futuro, y sobre todo debe existir cierta coherencia entre lo que se divulga por un lado, y lo que se pretende promulgar por otro.http://felipesanchezbarba.blogspot.com

*Técnico en Desarrollo Rural