La información que recoge hoy el PERIODICO EXTREMADURA sobre la situación del sida en Extremadura destaca el gran retroceso de la enfermedad. El número de casos se ha reducido en la región nada menos que un 60% en el último lustro en relación con el anterior, y las expectativas --así lo señalan las estadísticas-- es que esta reducción puede aumentar. De igual modo, y como afirma el doctor pacense Agustín Muñoz Sanz, los enfermos extremeños de sida se encuentran atendidos en nuestros hospitales como lo estarían --en algunos casos mejor, puesto que el Hospital Infanta Cristina participa en ensayos clínicos y es pionero en nuevos tratamientos-- en cualquier otro hospital de España.

No es, por tanto, la falta de atención o de recursos el problema del sida en la región. La mayor dificultad a la que se tienen que enfrentar los que lo han contraído la provoca el hecho de que aún la sociedad extremeña no ha aprendido a convivir con estos enfermos como lo hace con los que padecen otra enfermedad. Todavía ellos hablan de estigma; de que no se atreven a manifestar en público que padecen el VIH. Esa actitud de muchos extremeños se debe, únicamente, a que les falta la información simple de que el sida no se contagia si no se participa de conductas de riesgo.