XAxyer se celebró el Día contra la Violencia de Género, forma en la que la comunidad internacional intenta impedir el olvido de uno de los problemas de nuestro tiempo, el de los malos tratos a las mujeres. Rememora la fecha en la que las hermanas Mirabal, en la República Dominicana del dictador Trujillo, fueron asesinadas por defender unos ideales contrarios a los intereses de quienes mandaban. La película El tiempo de las mariposas lo cuenta pormenorizadamente. Visualizando su drama se intenta construir un mensaje general de rechazo ante situaciones similares con dictadores cotidianos.

Que nuestra sociedad es variopinta y plural lo muestran también estos asuntos. Conviven en ella, al lado de los buenos propósitos y sus ceremonias, una serie de lacras difíciles de cortar. Moviéndose en círculos concéntricos aparecen, junto al derecho de las personas a ser ellas mismas, sutiles formas de opresión que buscan ningunearlas. Cada vez tenemos más mujeres actuando en la vida pública, aparentemente más libres, más desenvueltas, pues las reglas sociales no son hoy tan restrictivas como en otras épocas en sus juicios de valor sobre o que está bien o mal de las conductas, pero junto a esto perviven antiguos modos de relacionarse entre humanos --no sólo en la vida de pareja-- travestidos, pero impecables en sus objetivos de dominación. Ante ellos sólo nos queda combatir. Apretar los dientes y combatir.

El gobierno de Zapatero ha puesto en marcha la Ley Integral contra la Violencia de Género que todos esperamos que funcione. En la misma, además de los alegatos correspondientes contra el problema, se detallan las medidas que deben ponerse en marcha ya. Son de corte educativo, asistencial y jurídico.

Medidas educativas porque sólo desde la transformación del pensamiento caduco es posible la erradicación de la maldad. Medidas asistenciales para las mujeres que desgraciadamente se ven inmersas en el problema y medidas jurídicas porque es preciso penalizar la conducta del agresor.

Pero las medidas exigen presupuesto. Cualquier decisión que se intente plasmar necesita dinero. De nada vale los buenos propósitos si luego no existen las personas adecuadas que pueden ponerlos en marcha. Los educadores, los jueces, la policía... son eslabones de una cadena a la que la mujer o el hombre maltratado puede agarrarse para salvarse. Pero esos eslabones han de ser firmes y perfectamente enganchados a la seguridad.

Y es precisa la coordinación entre administración. No sirve de mucho repetir en cada sitio la misma cantinela, de manera local e independiente. Hace falta la coordinación de los estímulos y de los recursos. La operatividad que surge cuando se busca lo complementario. Los poderes públicos, locales, autonómicos y nacionales han de ponerse de acuerdo para trabajar. Si así se hace huelgan muchas campañas que, aparentando servir de divulgación y conciencia ante el problema, sólo buscan al morbo superficial. Ante ellas siempre tendremos la duda sobre si su único valor es el de exacerbar aún más a los violentos y torturadores en su exhibicionismo. Ya saben ustedes que si en otros tiempos estaba de moda aquello de que "París bien vale una misa , hoy salir en televisión se merece tres o cuatro desnudos íntimos de miserias personales.

*Portavoz del PSOE en el

Ayuntamiento de Cáceres