WDwesde el mes de enero han muerto asesinados 11 periodistas en todo el mundo. La mayoría no han caído por daños colaterales, sino porque alguien decidió fríamente que debía atajarse la posibilidad de que continuasen ejerciendo su tarea profesional y la libertad de información o de opinión. Lo denuncia la organización mundial Reporteros sin Fronteras en su informe anual con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa. Las cifras registradas en lo que va del 2005 siguen la mala tendencia del 2004, que se cerró con 53 informadores asesinados. Volvemos a estar como en los dramáticos años 90, cuando se dispararon estos asesinatos. Irak es el país donde se han producido la mayoría de las muertes, posiblemente porque la presencia de reporteros independientes impide que la barbarie de los dos bandos pase desapercibida. Los informadores encarcelados, amenazados o secuestrados durante el último año son más de 2.000. Si bien la mayoría de los casos de represión se han registrado en Africa, esas prácticas también se producen en Venezuela y Cuba, dos países con los que España tiene estrechas relaciones, lo que debería motivar una actitud más exigente de nuestro Gobierno en favor de la libre información.