El Parlamento italiano dio ayer una muestra del descrédito al que lo ha llevado el primer ministro, Silvio Berlusconi , quien se enfrentaba a una moción de censura que consiguió superar, no sin gritos, broncas e incluso conatos de agresión, mediante la ´compra´ de tres diputados tránsfugas, a los cuales Berlusconi recibió después de la sesión para agradecerles los servicios prestados.