Se diría que el primer ministro Silvio Berlusconi se esfuerza por aparecer en situaciones que atentan a la dignidad del cargo para el que fue elegido. A sus líos con mujeres de edad incierta que tienen a buena parte de Italia avergonzada le une un carácter exaltado que le lleva, como ocurrió anteanoche, a irrumpir en un programa de televisión que le criticaba e insultar a presentador e invitados.