El gobierno que preside Silvio Berlusconi está atravesando todos los límites de la xenofobia. No conforme con la persecución a los gitanos rumanos, lo último que se le ha ocurrido es establecer un test de ingreso a la escuela de niños inmigrantes y, si no lo pasan, ponerlos en clases distintas a los italianos. Así será difícil la integración.