XHxay gente tan masoquista que no se conforma con haber sufrido cuarenta años a Franco y pretenden estar otros cuarenta hablando de él. Conmigo que no cuenten.

Uno entiende que a quienes padecieron en Brunete no les haga gracia alguna que el nombre de una calle se lo recuerde. También comprende que una persona, como Millán Astray , que gritaba "muera la inteligencia; viva la muerte" no merece ser homenajeada. No menos de acuerdo está con que un general que se levanta contra el orden institucional y convierte a España en un cuartel cutre no debe ser puesto como ejemplo de gobernante. Pero uno no es nadie para imponer sus criterios y piensa que los cambios de los nombres de las calles y la retirada de estatuas deben ser precedidos por el acuerdo. Porque si esos signos y símbolos dividían no podemos caer en la tentación de volver a dividir al retirarlos.

Pero si es difícil llegar a acuerdos para suprimir símbolos y nombres no más fácil lo será para ponerlos. Por muy bueno que haya sido un maestro siempre habrá algún antiguo alumno al que suspendió y no le hará maldita la gracia vivir en una calle que lleve su nombre. Los iconoclastas no verán con buenos ojos que existan calles e imágenes públicas de santos; los anticlericales renegarán de la Peña del cura. Los protestantes desearán que desaparezca el nombre de cualquier virgen, los musulmanes la de Las Navas de Tolosa y los republicanos de la calle Real. Ni siquiera el zodiaco obtendrá unanimidad. ¿Habrá alguien a quien le guste vivir en la calle Cáncer? Los supersticiosos no comprarán su casa en la calle Trece, todos los hombres querrán vivir en la rúa de la Niña Bonita, los antitaurinos no pasarán por la de Toro y los vegetarianos requerirán el cambio del monumento al pepito de ternera . En España ni siquiera un artista o escritor suscita la unanimidad. Porque aquí ser partidario de alguien lleva consigo ser adversario a muerte de alguien. El Madrid y el Barsa. Joselito y el Gallo. Cáceres y Badajoz. La SER y la COPE. ("¿Ortega y Gasset"?, pregunta un alumno de la ESO). Por estos lares es inconcebible la existencia de un Panteón de hombres ilustres , a la manera francesa, en el que reposen hombres y mujeres de todas las ideologías y creencias, todos ellos sean respetados, admirados y tenidos como propios. Aquí habrá siempre dos bandos: los buenos y los malos, pues hasta después de muertos tenían destinos diferentes: cementerio civil y cementerio religioso.

Debería estar prohibido erigir monumentos y dedicar calles a los políticos hasta cincuenta años después de muertos porque siempre tendrán detractores y damnificados. Esto es impensable en una dictadura, pues si algo la caracteriza es el culto a la personalidad del dictador y adláteres, y muy difícil de aceptar por los políticos por muy demócratas que se declaren ya que significa que muy pocos políticos tendrían estatuas o calles pues a ver a qué político se le recuerda después de cincuenta años con tanto agrado como para dedicarle un recuerdo imborrable. En fin, que a base de descartar todo aquello que nos puede dividir llegaríamos a la conclusión de que es necesario poner nombres de flores, de astros, de peces, de los Lunnis y los Pitufos y hacer monumentos al sol aunque advirtiendo del peligro de los melanomas.

En nuestra ciudad se quitaron los nombres de algunas calles y monumentos franquistas pero aún existen otros. No parece que quienes los propiciaron, que por cierto alguno todavía tiene mando en plaza, estén dispuestos a retirarlos. Alguno ofende a una parte del pueblo español además de nombrar algo inexistente ahora: Vascongadas . En otros de ellos bastaría con modificar mínimamente el rótulo para quitarle el sabor de la dictadura. Por ejemplo Capitán Luna . Se quita lo de capitán y dirá: Luna Nueva . Alférez Provisional . Se sustituye lo de alférez para que rece: Desviación Provisional . General Varela . Desaparece la palabra General y se pone: Varela, Botellonero , que es un personaje importante en la ciudad. El rótulo de la fachada de Santa María reza: José Antonio . Pues debajo se escribe: Deán y el personal pensará que no está dedicado al hijo de otro dictador y fundador de Falange sino a José Antonio Fuentes , el Deán de la concatedral. Y esto además tiene la ventaja de que no es necesario hacerlo de noche.

*Profesor