Esto de utilizar los símbolos de España debe ser muy rentable electoralmente a juzgar por el empeño que ponen algunos en su exaltación. Todo vale cuando se trata de arañar un puñado de votos tan necesarios para conseguir gobernar.

Dejen ya de jugar con las emociones y sentimientos patrios. Los mejores símbolos que nos podrían identificar a los españoles no son las banderas, los himnos o las exaltaciones patrióticas, sino un proyecto común de trabajo, bienestar y justicia que nos haga sentirnos orgullosos como grupo humano que se siente español, pero también integrante y partícipe del conglomerado de pueblos del mundo.

Dedíquense los unos a gobernar, y los otros a ayudar a gobernar y prepararse para cuando los ciudadanos lo decidan. Lo demás son cantos de sirena que poco o nada interesan a los ciudadanos; bueno, a mí por lo menos.

Pedro Serrano Martínez **

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