Esta semana, el campo celebró a su patrón, San Isidro, y coincidiendo con esa festividad se cumplía también el primer aniversario de la oferta honesta del presidente Monago a Vara para definir una estrategia firme y unánime para el debate crucial de la reforma de la PAC, en el que nuestra tierra se lo juega todo.

Vara no tiene experiencia en negociar la PAC y, aun así, ha rechazado el ofrecimiento sincero del presidente del Partido Popular.

Lo cierto es que, además de las declaraciones de la consejera del tren, negándose a cualquier recorte, no sabemos que está haciendo la Junta para evitar que se produzcan.

En los últimos tres años, los altos cargos socialistas de la Junta de Extremadura han dado la vuelta al mundo. Han estado en Cuba, Finlandia, Namibia, Costa Rica, China... y hasta han abierto una oficina en Miami.

Sin embargo, Bruselas, que es dónde se determinará el porvenir de Extremadura, no la pisan.

Vara no tiene agenda europea y no sabemos a qué está esperando. El año pasado, creó un grupo de trabajo para marcar las exigencias regionales, que únicamente se ha reunido tres veces. Y el calendario de la PAC es demasiado complicado como para que la Junta de Extremadura siga perdiendo el tiempo.

Monago lo tiene claro. Extremadura no se puede permitir perder fondos de la PAC, ni poner en riesgo la renta agraria. Hay que trabajar para que se garanticen los recursos actuales y para evitar la tarifa plana y exigir un tratamiento específico para aquellos cultivos en los que somos líderes.

El líder del Partido Popular viajará a Bruselas para tratar las prioridades de nuestra región con los eurodiputados españoles, que tienen poder de codecisión con los ministros en los fondos y en la definición de la PAC del futuro. Y, también, mantendrá un contacto periódico e intenso con los diputados nacionales y con el ministerio.

Hay que estar donde se mueven las decisiones más transcendentales para el futuro de nuestro campo y es ahí donde estará Monago y el PP de Extremadura, porque no se puede tolerar tanta pasividad, cuando lo que tenemos por delante es la supervivencia de nuestra región.