Desde que fui elegido presidente del Partido Popular de Extremadura me fijé una obligación que en un principio pocos entendieron: arrimar el hombro a la tarea común de Extremadura, ayudando sin cortapisas a quien los extremeños habían elegido presidente de la Junta, porque siempre consideré que desde la oposición también somos corresponsables. Algunos amigos y compañeros me alertaron del riesgo del abrazo del oso que podía suponer mi asfixia política y la pérdida de cualquier posibilidad electoral. No me importó y pisé el acelerador para romper el inútil esquema de la confrontación permanente. Todavía no habíamos entrado en la crisis económica que nos golpea, pero mi decisión y, justo es reconocerlo, la buena disposición del presidente de la Junta, abrieron puertas que llevaban 25 años cerradas. PSOE y PP se sentaron para sumar fuerzas en favor de los intereses de Extremadura, que se cristalizaron en acuerdos de largo alcance hasta entonces impensables: Estatuto de Autonomía, Acuerdo de Financiación Autonómica, Pacto Social y Político, Fortalecimiento del Sector Financiero, Pacto por el Empleo Local, Código de Buen Gobierno, entre otros.

XDESDE QUE LA CRISISx comenzó a golpear a Extremadura con mayor virulencia, porque Extremadura no ha dejado de estar en crisis, el presidente de la Junta siempre ha podido contar con la oposición y siempre me ha tenido a una llamada de teléfono, pero mi corresponsabilidad , que incluso algunos cercanos me critican, me ha motivado a tomar la iniciativa en algunas decisiones. Así, cinco meses atrás propuse un nuevo pacto políticamente muy arriesgado: volver a sentarnos para consensuar los Presupuestos de la Comunidad para 2011. Como se entenderá, era caminar sobre el filo de la navaja, porque asumiríamos el riesgo de compartir el fracaso, mientras que el éxito quedaría sólo en manos de la Junta y su presidente. Para bien o para mal, nadie recogió nuestra oferta.

Inexplicablemente, el presidente de la Junta nos dio una larga cambiada y el ofrecimiento del Partido Popular se desvaneció con los calores del verano. Estábamos sinceramente dispuestos a arrimar, una vez más, el hombro, a aportar soluciones y a achicar las distancias, pero don Guillermo Fernández Vara decidió seguir solo y asumir en soledad la elaboración de unos presupuestos que, como nos temíamos, son más de los mismo. Muy diferentes hubieran sido con la ayuda del Partido Popular, pero el resultado final se materializa en unos Presupuestos resignados, carentes de rigor, ajenos a las verdaderas demandas de Extremadura y, como se verá en apenas unos meses, listos para la papelera. Como siempre. Ahora, para remachar el clavo, dicen que el Partido Popular no tiene alternativa. ¡Qué pena!

En cada ocasión, el Partido Popular ha señalado las carencias, al mismo tiempo que aportaba las soluciones, pese a que el dialogante don Guillermo Fernández Vara llegó a manifestar en sede parlamentaria que él no tiene tiempo para leer "los papeles del PP"- Bueno, no pasa nada, nuestro propósito no se va a quebrar por estas gentilezas y como no es tarde para reelaborar unos Presupuestos eficaces, desde aquí volvemos a ofertar nuestra ayuda sin contraprestaciones. Falta les hace.

El año pasado, cuando presentaron los Presupuestos para el 2010, dije que servirían para crear paro, para cerrar pequeños negocios y para estrangular a muchos autónomos. También rechazaron nuestra propuesta porque, a pesar de los reiterativos fracasos, siguen considerándose infalibles y siguen pensando que sus fórmulas no pueden ser cuestionadas. Ni siquiera cuestionadas por una evidencia que se traduce, años tras año, en algo que solo sirve para cubrir el soporte y la apariencia. La Junta es la primera que no cree en los Presupuestos que presenta y por eso comienza a modificar en enero lo que pomposamente aprueban en diciembre. Pero en situaciones como las actuales, con un 23% de paro, resulta irresponsable seguir jugando a la gallinita ciega y despreciando las sugerencias de los que alertan que ese camino, que es el de siempre, solo puede depararnos el resultado de siempre: más paro, más ruina, más gasto inútil y más impuestos.

Si esta deriva cegata no se corrige con un mínimo de rigor, en apenas dos meses podremos comenzar a ver el resultado de presupuestar precipitadamente y por mera apariencia. Pero, desde aquí lo garantizo, el Partido Popular de Extremadura no va a decaer en el empeño de señalar caminos que puedan llegar a una meta. Pese a que el dinero se achica en cada envestida, se impone hacer de la necesidad virtud y no seguir manteniendo el despilfarro de las épocas de bonanza. La Junta sobresaturada de personal, de altos cargos y de consejos de administración que no tienen nada que administrar. ¿Esas son sus prioridades? Para eso, con nosotros que no cuenten.