TEtra una habitación cúbica --suelo, paredes y techo con la misma medida-- de unos cincuenta metros cuadrados de superficie pintada totalmente de un blanco intenso. Justo en el centro del espacio de la habitación había una esfera negra de quince metros de diámetro que pendía del techo sujetada por un sedal que se hacía prácticamente invisible a la vista, de manera que la esfera aparentaba levitar. Se trataba de la instalación de un artista de vanguardia expuesta en una importante feria de arte contemporáneo. En una de las paredes de la habitación había un cartelito pequeño en el que se podía leer: "Ray Shikkllerh. Sin título". La obra estaba siendo uno de los éxitos de la feria, a la que habían acudido galeristas y personajes relacionados con el arte de todo el mundo. Los visitantes entraban y salían de la sala como hormigas de un hormiguero. La mayoría de ellos comentaban la obra con sus acompañantes. Yo, como iba solo, sacaba mis conclusiones y las archivaba en una concepción crítica que quizá expondría en algún artículo, pero allí no sería compartida con nadie. Es por ello que quise satisfacerme haciendo el papel de chismoso y agudicé el oído para escuchar algunos comentarios. Ciertamente llamaba la atención la gran esfera negra levitando dentro del espacio blanco que formaba el cubo, pero algunas conclusiones y análisis que sacaban los visitantes sobre la obra no tenían desperdicio.

Un hombre, dando efusividad a sus palabras y acompañándose de gestos amanerados decía: "La composición determina la existencia conceptual que engloba, por una parte, el vértigo exacto del volumen esférico al caer en el vacío representado por la capacidad espacial de un cubo blanco; por otra parte, una sumisión recíproca entre el gigantismo cúbico y el esferismo elástico del pensamiento".

Una mujer, utilizando cierta solemnidad en su retórica para sentar un análisis indiscutible dijo: "Hay que interpretar esta instalación como la máxima expresión del minimalismo, donde los volúmenes más elementales de la geometría, esfera y cubo, se unen creando la cuadratura del círculo. La esfera negra individualiza su pretensión geométrica y ofrece todo su peso a la soledad espacial que el cubo le ofrece. Digamos que es un apareamiento geométrico".

Un hombre, hablando con mucha parsimonia reflexiva: "La esfera negra representa la elementalidad del átomo, y los vértices del cubo blanco el peso indefinido de las constelaciones. Las equidistancias de los espacios habidos entre constelaciones simbolizan las magnitudes del hombre, en este caso del artista, frente a la soledad del universo. Una obra genial"

Una pareja de mediana edad entró en la sala e inspeccionaron la instalación de un lado a otro. Al cabo de un momento preguntó la mujer al hombre: "¿Esto qué es?". Y el hombre respondió: "¿No lo ves? Una esfera negra dentro de un cubo blanco".

*Pintor