Cada Navidad surgen los actos solidarios para con el necesitado del pan de cada día.

Si se convocan telemaratones donde surgen los donativos, tanto de personas anónimas como de casas comerciales las cuales no dan sin recibir nada a cambio y he ahí la forma de hacer la donación y, descaradamente, aparece la marca comercial en forma de paquete colgado de un árbol de navidad imaginario.

Cuántos donativos, cuántas operación mochuelo (en Mérida), que llevan más de 25 años con estas campañas, que nos llevan a ninguna parte.

¿Hasta cuándo las cuestaciones de Cáritas y organizaciones parecidas, para los pobres propiciadas por los ricos para limpiar sus conciencias?

¿Cuándo se parará el reloj solidario de la Navidad, cuándo los ricos dejarán algo más que sus migajas para calmar la hambruna que año tras año amplía su mapa y traspasa fronteres, enviando pateras de muerte al mundo primero que hace al tercero más empobrecido a beneficio de unos pocos? ELENA SELLER DAZA. Mérida