Sería preferible la sinceridad. Que admitieran la verdad. Que si los del PP no quieren homenajear a las víctimas del franquismo es porque les cae mejor el bando de los vencedores de la guerra civil que el de los derrotados. Sus antepasados les agradecerán que no hayan querido saber nada del homenaje. Será un acto moderado. Sólo hay que señalar que se enmarcará dentro de la semana conmemorativa de los 25 años de la Constitución. La que los del PP tanto aman tal como está y a la que, por respeto, no quieren tocar. Quedaría muy dentro de la esencia constitucional que el acto se desarrollara tal como preveían los convocantes. Con figuras señeras del PP y unas palabras del señor Aznar entroncaría con el espíritu de reconciliación que rondaba por el Congreso hace 25 años en la etapa constituyente. "Que se reconcilien ellos", ha sido la respuesta a los que han querido mediar en el tema de la adhesión del PP.

No será un homenaje de las dos Españas reconciliadas. Será el de una sola. La otra no ha querido estar. Que no se duela después el PP de que se le dé la representación del concepto machadiano de una de las dos medias Españas, la que hiela el corazón de los españolitos. Es muy posible que haya alguna persona heterodoxa en el partido que preferiría la presencia de los suyos. Pero, en estas situaciones, la prudencia recomienda llevar en silencio la disensión de la postura oficial. El homenaje está previsto para el 1 de diciembre en la Sala de Columnas del Congreso. Hay que confiar que será así y que, empezado el acto, a nadie se le ocurrirá mandar a la policía a desalojar a los asistentes, como si los grises hubieran vuelto.