Cuando la mayoría de los españoles calculan cuánto les va a costar el ajuste, el PP ha vuelto a destapar el fantasma de la negociación con ETA. Su intención, sin duda, es alejarse de cualquier punto de apoyo al Gobierno que incluye una vez más la profunda deslealtad con la lucha antiterrorista.

Todo empezó en la caverna mediática, que lanzó el rumor de que se estaría produciendo una negociación con ETA. El hilo de ese ovillo lo recogió inmediatamente Jaime Mayor Oreja , que llegó a equiparar los intereses de ETA con los del presidente del Gobierno. A partir de esa obscenidad se ha ido construyendo una estrategia de tensión en la lucha contra el terrorismo que se apoya en dos ecuaciones que para el PP son prioritarias.

Primera: la consideración de que un proceso para liquidar definitivamente a ETA podría ser el balón de oxígeno que le permitiría al PSOE remontar su posición y presentarse a las elecciones con posibilidad de revalidar el Gobierno. Según estos cálculos, y careciendo de cualquier dato fehaciente, se estarían produciendo ya negociaciones secretas encaminadas a la consecución no tanto de la paz, sino de una posición política de ventaja del Gobierno en este tema.

Segunda: habida cuenta de que la gestión de la lucha antiterrorista por el ministro del Interior es excelente, el PP trataría de sembrar la sospecha sobre la negociación para diluir la figura política de Alfredo Pérez Rubalcaba , considerando además que, si las circunstancias políticas llevaran a Zapatero a no repetir como candidato, podría ser el elegido por el PSOE para encabezar su cartel electoral.

El PP, ni siquiera con una hipótesis de ventaja electoral de casi 10 puntos y el desgaste del Gobierno por la gestión de la crisis económica, es capaz de formular proyectos positivos. Una vez más se certifica que la confrontación con la que el PP conduce sus acciones políticas ni siquiera es hija de la necesidad, sino de su propia naturaleza. El escorpión de la política española utiliza su veneno y su aguijón no para defenderse, sino porque lo tiene, está en su esencia y no lo puede evitar.