El sondeo hecho público el jueves por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) arroja datos muy interesantes sobre la situación política del país. El más relevante de ellos es que el PSOE, pese a que España atraviesa seguramente la fase más dura de la crisis, se mantiene en cabeza en intención de voto (40,8%), bien es cierto que solo ocho décimas por encima del PP (40%), lo que permite hablar, con razón, de empate técnico entre las dos grandes formaciones españolas. Tal igualdad se registra a menos de un mes de las elecciones europeas, en las que el PP partía claramente como favorito. Parece evidente que, ante la situación de empate, será la formación que más logre movilizar a su electorado la que se lleve el gato al agua el 7 de junio. Y aquí es el PP, un partido con hambre de poder, el que tiene mejores perspectivas, dado que los electores más tibios del PSOE tienen la sensación de que en las europeas no se juega gran cosa y es, por tanto, un buen momento para castigar a José Luis Rodríguez Zapatero.

No deja de sorprender, asimismo, que el presidente del Gobierno, aunque suspende en la valoración (del 1 al 10, saca un 4,43) está casi un punto por encima del líder del PP, Mariano Rajoy (3,54). El político gallego es, obviamente, mal valorado por los votantes socialistas, pero también, y eso es clave, por un sector de su partido, que no ve con buenos ojos el giro al centro intentado por la nueva dirección popular. Algo falla en el discurso del PP cuando se dan todas las circunstancias --desconfianza, paro desbocado, etcétera-- para que se produzca un vuelco político y este no acaba de llegar. En la resistencia de los socialistas pesa el hecho de que, por razones históricas, el trasvase de voto entre los dos grandes partidos es escaso y que, en cambio, la fidelidad a una siglas prima por encima de episodios coyunturales.

Solo dos mujeres del Gobierno, la ministra de Defensa, Carme Chacón, y la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, superan el aprobado (5,06 y 5,02, respectivamente), mientras que la flamante titular de Cultura, Angeles González-Sinde, ocupa el último puesto (3,51), por detrás de Beatriz Corredor (Vivienda, con un 3,62) y Bibiana Aído (Igualdad, con un 3,82). Curiosamente, ocupan los ministerios que suelen ser citados como los menos necesarios para la gobernación del país. Es también un buen motivo de reflexión para Rodríguez Zapatero, poco después de su remodelación del Gabinete.